El guerrero de la luz no siempre tiene fe.
Hay momentos en los que no cree absolutamente en nada. Y pregunta a su corazón: "¿Valdrá la pena tanto esfuerzo?"
Pero el corazón continúa callado. Y el guerrero debe decidir por sí mismo.
Entonces él busca un ejemplo. Y recuerda que Jesús pasó por algo semejante, para poder vivir la condición humana con toda su plenitud.
"Aparta de mí este cáliz", dijo Jesús. También él perdió el ánimo y el valor, pero no se detuvo.
El guerrero de la luz continúa sin fe. Pero sigue adelante, y la fe terminará volviendo.
Para el guerrero, no existe amor imposible.
Él no se deja intimidar por el silencio, por la indiferencia o por el rechazo. Sabe que, tras la máscara de hielo que usan las personas, existe un corazón de fuego.
Por eso el guerrero arriesga más que los otros. Busca incesantemente el amor de alguien, aun cuando esto signifique escuchar muchas veces la palabra "no", regresar a casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma.
Un guerrero no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada.
El guerrero de la luz confía.
Porque cree en milagros, los milagros empiezan a suceder. Porque está seguro de que su pensamiento puede cambiar su vida, su vida empieza a cambiar. Porque está convencido de que encontrará el amor, este amor aparece.
De vez en cuando se decepciona. A veces, recibe golpes.
Entonces, escucha comentarios: ""¡Qué ingenuo es!"
Pero el guerrero sabe que vale la pena. Por cada derrota, tiene dos conquistas a su favor.
Todos los que confían lo saben.
:) Paulo Cohelo
Manual del guerrero de la luz